Educación Inclusiva
El sistema educativo actual es generalmente reconocido como cada vez menos útil para satisfacer las necesidades modernas. "Jay Forrester"
Esta es una cita del creador de la "Dinámica de Sistemas" y padre de las metodologías de Systems Thinking.
El pensamiento sistémico es un enfoque que aboga por el pensamiento sobre cualquier tema dado en su conjunto, enfatizando las interrelaciones. No trata de descomponer los sistemas en partes para entenderlos y es eficaz para enfrentar problemas del mundo real (Elm y Goldenson,2012; Kasser,2013), recomendado para hacer frente a desafíos organizacionales complejos (Jolly, 2015; Wilson y Van Haperen,2015).
Por ello, en Social Dinapp trabajamos por nuevos modelos educativos que contemplan los sistemas sociales desde su caracter de C.A.S. (Complex Adaptative Systems) y que, en contraposición en los modelos de aprendizaje basados en compartimentar las áreas de conocimiento, apuestan por:
1-ver el todo más allá de las partes
2-ver las partes en el contexto del todo
De este modo el pensamiento sistémico proporciona un marco de referencia para la reforma escolar integral aportando mejoras sustanciales y sostenibles en planificación estratégica, medida científica de resultados, que incluyen indicadores relacionales, competencias socio emocionales y dinámicas en las que el factor humano es un elemento palanca para el cambio, uso inteligente de recursos totales, redefinición del propósito sistémico de la educación y de objetivos concretos que se adaptan a las demandas internas y las del entorno.
Queremos hacer de la escuela un lugar para la transformación social y del aprendizaje continuo el ingrediente clave para la sostenibilidad de las comunidades humanas.
La tecnología de hoy permite diseñar plataformas que incorporan una medida y monitorización de la adquisición de conocimientos, la gestión de las relaciones y de la conducta, incorporando capacidad predictiva y de diagnóstico sobre responsabilidad, compromiso, pertenencia, rango emocional y empatía social.
Un sistema educativo inclusivo debe maximizar las capacidades grupales mejorando la comunicación interna, las relaciones y el clima de convivencia de los alumnos, desarrollando valores como la integridad en la relación con los docentes y en las propias familias.
El papel de los docentes, con un nuevo modelo educativo sería el de diseñar contextos de aprendizaje en los que los alumnos se convierten en aprendices activos capaces de trabajar en equipo, elaborando proyectos de vida con impacto en la sostenibilidad de las comunidades humanas y su entorno.
Un sistema educativo acorde con el mundo que vivimos y en el que nuestros niños, niñas y jóvenes serán protagonistas, debería romper con las barreras espaciales, administrativas, de contexto y sobre todo las barreras mentales de la memorística, que pierde valor con la democratización del dato, de la evaluación basada en exámenes de contenido, absolutamente anacrónica y alejada del lenguaje digital, la información audio visual y la complejidad comunicativa del mundo en que las nuevas generaciones han crecido y que están destinados a diseñar.
La escuela pasaría a ser un nodo de acción comunitaria, de aprendizaje intergeneracional, de experimentación, acción y crecimiento personal en continua conexión con agentes locales, con servicios de acompañamiento, ocio, tiempo libre, entrenamiento de habilidades, mejora del bienestar bio psico social, un vivero de resiliencia, desarrollo de conciencia común y perspicacia evolutiva. El pensamiento sistémico puede llenar el vacío existente entre el uso de las tecnologías disponibles y los objetivos de transformación social que una nueva educación puede alcanzar.